El 8 de diciembre fue la fecha elegida para iniciar una nueva etapa en la vida de Áurea, una de las mujeres más longevas de la provincia leonesa y de toda la Comunidad, que hoy cumple 107 años. El día de la Inmaculada se trasladó a Trobajo del Camino, junto a la capital, para dejar el pueblo de La Majúa, en el que pasó casi un siglo y del que solamente salió para hacer «dos o tres viajes a León».
El cambio de residencia no le ha afectado en modo alguno, asegura su hijo Ulpiano, con el que vivía y sigue viviendo. «Ella estando conmigo está feliz y contenta», señala, acompañado ya de algunos familiares -Rosa y Orencio- y mientras espera la llegada de otros -hijos y nietos de Áurea-, que completarán una amplia mesa y compartirán una jornada de celebración en torno a una anciana a la que el tiempo no le ha robado su sonrisa y expresividad en la mirada. Son parte de los numerosos nietos, biznietos y tataranietos que integran el legado familiar de la conocida como ‘abuela de Babia’.
La salud sigue siendo su aliada y, salvo alguna visita rutinaria para tomarle la tensión y una pastilla que toma para controlarla, se puede decir que Áurea vive bastante alejada de médicos y hospitales. «Dolor no tiene, come y duerme bien», resume su hijo, siempre pendiente de ella en una rutina que comienza sobre las nueve y media de la mañana, cuando la levanta y termina a las nueve y pico de la noche, cuando la lleva a dormir. También pasa bastantes ratos del día dormitando y ve algo la tele.
Nacida el lunes 26 de abril de 1909 en la localidad de Candemuela, en el municipio de San Emiliano, comarca de Babia, vivió allí hasta los ocho años y desde entonces en La Majúa, donde se casó y tuvo ocho hijos de los que viven cuatro. Allí también ejerció de partera durante mucho tiempo y ayudó a traer al mundo a varias generaciones de vecinos.