Volver a Babia ( Diario de León – 27/10/2012 )
Poco a poco, Babia ha ido perdiendo su identidad geográfica y levitando a la categoría mítica, como si de una comarca sin territorio se tratara. Este proceso de evaporación espacial acumula episodios tan chuscos como la denominación administrativa de Valle de San Emiliano para el espacio natural babiano o tan estrafalarios como el retraso en construir el centro de salud, porque los caciques comarcales no se resignaban a su ubicación con criterios de centralidad y buen servicio. Al final, lo van a hacer en San Emiliano, porque quien fue su alcalde popular, Pedro Madrigal, tiró cuando podía más que nadie.
Madrigal es veterinario de la Junta y es presidente de la agrupación comarcal del Partido Popular en la Montaña Leonesa. Su nombre ha aparecido más de una vez en el menudeo de las sesiones plenarias de las Cortes de Castilla y León. En una ocasión, por la ayuda recibida de la Consejería de Agricultura para construir un cobertizo destinado a su ganadería equina, que luego le fue retirada porque se demostró que violentaba uno de los requisitos de la convocatoria, al estar realizada la obra antes de que se abriera el plazo de la subvención.
Aquel incidente suscitó otra pesquisa, cuya consecuencia ha derivado en una propuesta del instructor de tres meses de suspensión de empleo y sueldo. Porque no es compatible la condición de veterinario oficial con la titularidad de una empresa ganadera en la misma zona de salud. Antes y después, Madrigal ha tenido diversos problemas con la caza ilegal y otra vez la misma actividad, sorprendida por el Seprona, lo ha devuelto al sumario de la actualidad. Por uno de estos episodios asomó su nombre, asociado al empleo público, en otro pleno de las Cortes.
El año pasado, en las elecciones municipales, los vecinos de San Emiliano enviaron a Madrigal a la oposición, aunque sigue al frente de la organización comarcal de su partido. Ahora parece que también los dirigentes populares provinciales pretenden rebajarlo cautelarmente de esa responsabilidad. Sólo falta que las autoridades autonómicas empiecen a tomar las medidas reparadoras de sus excesos. Supongo que puede entrañar alguna dificultad lo que se refiere a la ubicación más razonable del Centro de Salud de Babia, porque a pesar de la lentitud de las obras ya se han dado pasos administrativos difícilmente reversibles. Y no están los tiempos para revocar decisiones que conllevan un coste importante. Pero donde no hay excusa es en la urgencia de recuperar el nombre de Babia para el territorio natural que ahora se llama Valle de San Emiliano en los inventarios de Medio Ambiente. Y de paso, ir rematando la instalación de la Casa del Parque en el palacio de Riolago, en abandono desde el siglo pasado.